jueves, 1 de diciembre de 2011

La nueva "imagen" del infractor.


La violencia protagonizada por los que infringen la ley en diferentes partes del
mundo y de la cual somos partícipes como receptores de la información que diariamente nos presentan los medios de comunicación no difiere de la violencia que vemos en nuestras ciudades, como Trujillo por ejemplo, protagonizada por personas cada más jóvenes actuando solos o en grupos y que en algunos casos muchos de ellos disponen de una vida que podríamos de calificar de normal; si esta situación fuese un fenómeno aislado, se le daría esa consideración, pero al ser repetitivo y con características similares, es un indicativo que estamos frente a una evolución de la delincuencia con características distintas a las de personas infractoras de generaciones anteriores.

En su mayoría, los agresores son jóvenes que en algunos casos son elementos integrantes del círculo social donde se supone tienen sus necesidades materiales y formativas más o menos cubiertas y cuyas familias están aparentemente integradas en la estructura social, pero en donde se pone de manifiesto la necesidad de búsqueda de nuevas experiencias al borde del límite de "no respetar la vida ni la propiedad de los demás".

Estos hechos hacen que sea necesario estudiar y seguir de cerca estos casos para establecer las estrategias adecuadas de intervención, ya que no responden al perfil del infractor que antes entendíamos por "común". Las víctimas resultan siendo muchas veces los propios integrantes de su familia, sus vecinos o sus amigos, a quienes se les agravia con delitos que van desde la estafa y el fraude, pasando por el robo o el hurto, los delitos contra el honor sexual, hasta el homicidio. Los autosecuestros y las extorsiones telefónicas no se quedan atrás; todos estos hechos se van tornando frecuentes en el quehacer policial.

Podemos entonces entender, que se hace difícil evaluar la causa de la criminalidad actual sin observar previamente la dinámica del “proceso de socialización” que rodea a la persona durante su formación desde que nace hasta que llega a la adolescencia, sus influencias ambientales y culturales agresivas, la desintegración familiar, las carencias educativas, las políticas sociales ineficaces, sus estigmas y paradigmas, la drogadependencia, los fenómenos imitativos, la influencia de las malas juntas y otro tipo de estímulos que deberían ser profundamente estudiados por las autoridades, como causa de una respuesta agresiva del individuo contra la sociedad, de la perversidad en su accionar y un total desprendimiento del valor por la vida de sus semejantes.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Aumenta la delincuencia en Perú, durante las ultimas decadas

Según las cifras oficiales de 2010, el accionar de los delincuentes en el país (basado en el número de denuncias por comisión de delito) tuvo un crecimiento del 6.4%, en comparación con 2009. Para este año, advierte el ex director de la Policía, Gustavo Carrión Zavala que el crimen podría crecer hasta en un 10% si la Policía no toma acciones concretas. 

“Es evidente. La delincuencia ha crecido y va a seguir en aumento. Es más, ahora mismo estamos enfrentando una ola criminal que ha puesto en jaque a las autoridades y que la Policía se niega a aceptar”,  tambien afirma el ex director PNP.

No es suficiente que se implemente en algunas partes de patrulleros al personal y que se instalen cámaras de seguridad en los puntos estratégicos, porque el verdadero problema es el "sentir" de los efectivos de la policía.  Gino Costa, ex ministro del Interior y director de la ONG Ciudad Nuestra, coincide en que la Policía está minada por los pésimos sueldos y en algunos sitios: el mal equipamiento". En su opinión, el aumento de la delincuencia también tendría que ver con el crecimiento económico que se vive en el Perú.

Esta bonanza habría generado, inclusive, la aparición de nuevos delitos, como la extorsión. Asimismo, el incremento de la sensación de inseguridad en las regiones que han logrado un amplio desarrollo en los últimos años.
Tal es el caso de Lambayeque, Ica y Piura, considerados los más inseguros, según la percepción de sus habitantes. Esto se desprende del último estudio Seguridad Ciudadana 2010 de la ONG Ciudadanos Al Día, realizado el año anterior.
 La estadística oficial da cuenta de que el 66.88% del total de denuncias registradas en las comisarías del país fue por robo. Este es el principal problema. Pero no estamos hablando de los asaltos a gran escala, con fuertes botines en juego, armas, vehículos y bandas organizadas.
El mayor temor de la población está en los robos menores. Gino Costa comenta que, el año pasado (según cifras de su institución), el 29% de la ciudadanía fue víctima del crimen en alguna de sus formas. De este porcentaje, la mitad sufrió asaltos y hurtos al paso (celular, cartera, billetera, bolso, etc.). Otro delito muy común y temido fue el robo a las viviendas.
Otra deficiencia en la Policía sería el patrullaje. Costa afirma que la distribución de los horarios en 24 horas de servicio por el mismo tiempo de franco solo genera agentes cansados.
“Hace 20 años se estableció esto para permitir al policía trabajar en sus horas libres y mitigar el mal pago. En la actualidad, hay dinero. Se debería subir los sueldos para evitar tanto trabajo en el personal. No es posible que un agente entrenado esté cuidando un chifa o un banco. Los efectivos terminan exhaustos y sin ganas de trabajar”, indica el especialista Gino Costa, mientras tanto, estamos a merced de la delincuencia.